Ciudad del Vaticano, Santa Sede. El papa Francisco, hospitalizado a sus 88 años por una neumonía en ambos pulmones, firmó un decreto de canonizaciones, que incluye al beato venezolano José Gregorio Hernández, confirmando que puede trabajar y que su salud parece mejorar.
El Vaticano anunció que el papa había recibido el lunes la visita del secretario de Estado, el cardenal italiano Pietro Parolin, y del arzobispo Edgar Peña Parra, respectivamente números dos y tres de la Santa Sede.
Durante esta visita, la primera desde su ingreso en el hospital Gemelli de Roma, Francisco autorizó la canonización de dos laicos, de Venezuela e Italia, y convocó un consistorio -asamblea de cardenales-, cuya fecha no precisó.
José Gregorio Hernández Cisneros, conocido como el 'Médico de los pobres' (1864-1919), fue beatificado el 30 de abril de 2021 en Caracas y ahora se convertirá en el primer santo de Venezuela.
A corto plazo, "esta audiencia significa que el papa está mejor", declaró a AFP una fuente vaticana, aunque el pronóstico de los médicos sigue siendo "reservado".
Sin embargo, la Santa Sede ofreció el lunes una actualización más optimista al señalar que Jorge Bergoglio había experimentado "una leve mejoría".
"La condición clínica del Santo Padre, aunque sigue siendo crítica, ha registrado una leve mejoría. Hoy no hubo episodios de crisis respiratoria asmática; algunas pruebas de laboratorio han mejorado", aseguró el Vaticano el lunes por la noche.
Por otro lado, la "insuficiencia renal leve" que padece desde el domingo "no es preocupante", precisó la Santa Sede.
Una fuente del Vaticano había indicado el mismo lunes, que Francisco podía levantarse y alimentarse con normalidad, y que se encontraba con buen estado de ánimo. Según la Santa Sede, incluso llamó a la parroquia de Gaza el lunes, como lo ha hecho desde el comienzo de la guerra.
Por otra parte, la Oficina de Prensa del Vaticano desmintió una información publicada el lunes por el semanario francés Paris Match, según la cual el Papa sería trasladado próximamente a otro hospital de la isla Tiberina, en Roma.
FUENTE: AFP