Oxfam presentó la segunda edición de ‘Rompiendo Moldes de la violencia y la desigualdad en Latinoamérica’, el informe que retrata los imaginarios detrás de las Violencias Basadas en Género (VBG) y revela cifras como que el 80 % de mujeres en Latinoamérica ha sufrido de violencia, una “situación crítica”, según refiere Gloria García-Parra, directora regional de Oxfam en LAC, en una entrevista con EFE.
A pesar de las cifras desalentadoras en relación con la violencia, hay una diferencia entre esta edición y la primera, que “llena de esperanza”: el cambio de imaginarios en los jóvenes.
Según el informe, ocho de cada diez jóvenes apoyan el matrimonio igualitario, reconocen que las parejas del mismo sexo pueden criar hijos, y entienden que un “no” de una mujer es, efectivamente, un “no”.
Además, García-Parra destaca que “la pandemia ayudó a reflexionar sobre muchos aspectos, incluida la dinámica doméstica”, lo que ha llevado a que el 77 % de las personas entrevistadas no asocien el trabajo del hogar exclusivamente con las mujeres.
“Es decir, hay una aceptación un poco más amplia de que los hombres también deben, pueden y están capacitados para hacer el trabajo doméstico”, apunta la directora, quien afirma que “hay un progreso entre esta población (joven) en la que hicieron la encuesta, que es gente entre los 18 y los 35 años”.
La violencia, el punto crítico de América Latina
En lo que no ha habido ningún tipo de avance entre el 2018 y el 2024 es la violencia.
“Mientras seis hombres que se reconocen como cisgénero han señalado que nunca han sido agredidos ni han tenido violencias en razón a su género, solamente tres mujeres señalan que no han recibido violencias basadas en género. Es decir, al día de hoy, siete mujeres de cada diez han recibido agresiones por ser mujeres”, confiesa la directora.
Este tipo de violencia aún tiene que ver con los imaginarios que se encuentran insertados en las sociedades y esto está relacionado también con lo que ven estas sociedades.
“Hay que llamar la atención de los medios de comunicación porque no existe el crimen pasional, existen crímenes y asesinatos y etiquetarlos, lo único que trata de hacer es salvar al perpetrador de su culpa”, agrega García-Parra, quien sostiene que mientras no se rompan estos patrones no se va a evidenciar un cambio.
Una época difícil
Si bien, hay esperanza para seguir “rompiendo moldes”, es una época difícil para las organizaciones como Oxfam porque “hay muchos frentes de diferentes vertientes que quieren promover las injusticias de género”, detalla la directora.
Asimismo, estipula que dichos frentes actúan a través de redes sociales con presupuestos altísimos que les ha permitido llegar a diferentes públicos, a diferencia del apoyo que hoy reciben las organizaciones civiles, que es menos del 1 % de los fondos oficiales destinados a la cooperación para el desarrollo.
Pero, a pesar de todo, Oxfam propone tres áreas de acción que permitirán transformar estos imaginarios violentos y cambiar las sociedades: aumentar el financiamiento destinado a conseguir justicia de género y racial; incorporar la justicia de género e interseccional en las políticas públicas; avanzar en el cambio cultura y nuevas narrativas a favor de la transformación de imaginarios. EFE.
FUENTE: Redacción/EFE